Vacaciones en la intimidad de una casa de lujo de Menorca

Hace dos años dio comienzo la pandemia de la COVID-19, que, con sus más y sus menos y su constante incertidumbre, sigue adelante. Después, explotó un volcán; y ahora, tenemos que lidiar con guerras en Ucrania y en el resto de países del mundo. Es abrumador y necesitamos aislarnos de lo que pasa en el mundo en la medida de lo posible y siempre que se nos presente la oportunidad de hacerlo. ¿Cómo? Hay muchas opciones, pero disfrutar de unas merecidas vacaciones en Menorca tal vez sea actualmente una de las mejores. Primero, porque, ya que se acercan los meses cálidos del año, sin duda encontraremos atractivas las calas de arena blanca y aguas transparentes de la isla, que abundan y son a cada cual más bella y sugestiva.

Segundo, porque, si buscamos ofertas de alojamiento en villas de Menorca, tal vez encontremos habitaciones más o menos lujosas en hoteles de tres o más estrellas, y encantadores apartamentos en áreas turísticas o a pie de playa. Pero también encontraremos las villas, que son, sin lugar a dudas, el tipo de alojamiento vacacional que define unas vacaciones en esta isla; y que, tal y como están ahora las cosas con nuestra profunda necesidad de desconectar y cuidar nuestra salud mental en un entorno íntimo y seguro, son claramente la mejor alternativa posible. Porque las villas de Menorca, en pocas palabras, hogares llenos de lujo.

Esa sensación hogareña se aprecia a simple vista. Usualmente son casas de arquitectura menorquina tradicional, de paredes níveas que absorben la luz solar y encantadores tejados rojos, rodeadas todas ellas por un amplio césped y pequeños o grandes bosques o bosquecillos de flores autóctonas y árboles que ofrecen sombra. Pero, en cuanto a la palabra «lujo» que las acompaña, queda plasmada en su piscina de tamaño normalmente familiar, y en su mobiliario interno específicamente diseñado para ofrecer un moderno espacio de confort. En definitiva, el alquiler de casas de lujo en Menorca nos permite aislarnos y recuperar fuerzas y energías en un contexto no solo agradable, sino mágico. Ese es normalmente el gran encanto que caracteriza a Menorca.