Contextuales
23 de Agosto de 2019 | 08:04
Turismo

Un merecido descanso en Menorca

Los hay, que esperan las ansiadas vacaciones para emprender un viaje de aventura y lleno de adrenalina, con actividades relacionadas con los deportes de riesgo, incluidos en el pack; los hay, que prefieren esos días para sentir el contacto puro y directo con la naturaleza, caminar por senderos de pueblos rurales, conocer las costumbres, el modo de vida y la gastronomía de pequeños pueblos de montaña, casi deshabitados; los hay, que prefieren turismo de sol y playa, en los sitios de costa más concurridos y populares y, por la noche, recorrer garitos de ocio nocturno; y, por último, los hay que quieren un poco de todo, pero, sin renunciar a la ansiada paz y calma que necesita nuestro cuerpo y nuestra mente, un descanso para reponer pilas, alejar el estrés, pero realizando también alguna que otra actividad de ocio diurno y nocturno. 

Y, para estos últimos, Menorca es uno de los lugares que ofrece lo que desean. Nos atreveríamos a decir que esta bella isla sería como el genio de la lámpara maravillosa de Aladino. Dime lo que deseas y yo te lo concedo. Y, por si esto fuera poco, y como corresponde a una isla de lujo, los deseos que cumple, además de playa, calas, montaña, pueblos con encanto, rutas a pie y a caballo, actividades acuáticas, travesías en barco, delicias gastronómicas, también ofrece un alojamiento de auténtico lujo, el alquiler de villas en Menorca, es algo así, como pasar tus días de vacaciones rodeado de glamour, confort, paz, calma, estancias de espacios abiertos y luminosos, equipamiento completo, terraza con vistas, jardines con piscina y, por supuesto, como compañero inseparable para los amantes del sonido de las olas en silencio y el aroma a mar, las majestuosas aguas del Mediterráneo a escasos metros de las casas. Realmente ¿nos lo vamos a perder?

Una espectacular isla de belleza extraordinaria y el alquiler de una casa en Menorca, nos esperan para ofrecernos todo. Todo lo que deseamos, todo lo que necesitamos, se encuentra como un tesoro en el interior de Menorca a la espera de ser descubierto, ser vivido, ser disfrutado, para, una vez se termine el encuentro, ser recordado, ser añorado y seguir siendo ese lugar de ensueño al que queremos volver, para seguir perdiéndonos entre sus calas, para seguir surcando sus mares a bordo de un pequeño velero, para seguir disfrutando de todos sus placeres y para seguir durmiendo y soñando entre las suaves sábanas de una cama frente al mar, en una casa en Menorca.