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27 de Diciembre de 2019 | 18:49
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Reparar antes que comprar y el ahorro sostenible

Plantearnos la necesidad de ahorrar suele llevarnos invariablemente a la misma conclusión: reducir el consumo de agua y electricidad. Es cierto, es un manera de ahorrar, pero no es la única, hay otras muchas. Dejar de comprar objetos que en realidad no necesitamos es otra.

Esto no quiere decir que dejemos de renovar vestuario o recursos de cualquier clase cuando claramente lo necesitamos, pero sí que deberíamos pensarlo dos o tres veces más antes de hacerlo. Al menos, para darnos tiempo a responder a la siguiente pregunta: ¿comprar es la única solución posible a mi alcance?

Resulta que con los aparatos y dispositivos electrónicos no suele ser así. A todos y a todas nos encanta emplear créditos rápidos online en comprarnos un teléfono móvil nuevo, una tablet último modelo o también otro ordenador de sobremesa. Lo hacemos porque los nuestros, los anteriores, ya están empezando a dar sus últimos coletazos.

Es decir, están empezando a fallar. Sin embargo, deducimos automáticamente que eso quiere decir que ya no tienen arreglo, pero muchas veces eso no es verdad. Lo que ocurre es que no queremos tomarnos la molestia de llevar nuestros dispositivos electrónicos a reparar, es un incordio y perdemos tiempo y esfuerzo.

Comprar es lo fácil, lo cómodo, o al menos eso es lo que nos han inculcado desde siempre. No obstante, arreglar, reparar, no solo es mucho más económico, sino también más ético desde múltiples puntos de vista. La tecnología no es precisamente amistosa con el planeta y la fabricación en masa contamina. La reutilización, por lo tanto, es la mejor opción tanto para nuestro dinero como para el desarrollo sostenible.

Puede que a pesar de todo tengamos que plantearnos la posibilidad de invertir préstamos online inmediatos en la reparación, pero la cantidad de dinero que nos gastamos no se acerca, ni de lejos, a la compra de un objeto electrónico nuevo.

A veces nuestros dispositivos, en efecto, no tienen arreglo. Sin embargo, casi siempre lo que pasará es que sí es posible arreglarlos, y puede que nos duren un año más, quizá dos. Debemos controlar nuestros impulsos de compra.