Oficinas de alquiler en un espacio común
Y sucede que un día decides romper con todo y cambiar de lugar de residencia. Has tomado la decisión de poner tierra por el medio, o más bien, en este caso, poner agua de por medio, porque has decidido cruzar, nada más y nada menos, que el Atlántico. Tu destino son las islas Canarias.
Has buscado alojamiento y has alquilado un piso en una ciudad de la provincia de Las Palmas, cerca del mar, en la zona sur de la isla, concretamente en Vecindario. Trabajas con el ordenador, y eso te permite, vivir donde quieras, una gran ventaja que has utilizado para empezar tu nueva vida.
En un principio tu idea era la de trabajar desde casa, pero claro, al poco tiempo te das cuenta que, de esa manera, estás cerrando puertas a conocer gente, a hacer nuevas amistades, compartir experiencia laboral. Y entonces, buscas un alquiler de oficinas en Vecindario, en un espacio compartido con otros profesionales, dónde tendrás la oportunidad de establecer relaciones de amistad y también, por qué no, la posibilidad de crear una empresa a partir de una idea de negocio que surgió entre los coworkers.
Ahora sí, estás donde quieres estar y tu círculo de amistades crece, solo por el mero hecho de salir de casa; poco a poco, te estás haciendo sitio en tu nueva ciudad, cerca del mar y teniendo la gran oportunidad de sacar adelante tu trabajo, sin sentirte sola. Con la decisión de optar por el alquiler de oficinas Vecindario, no solo conoces gente nueva que te permite una integración más rápida sino que además, trabajar fuera de casa no te ha supuesto un coste económico que te sería complicado asumir con el alquiler de una oficina convencional.
Establecerse en una oficina tradicional pasa por alquilar un local y contratar todos los servicios que necesitarías, luz, internet, acondicionamiento de un despacho, una pequeña cocina y un aseo, como mínimo; o bien, en una oficina ya montada, pero cuyo coste económico sobrepasa con mucho tu presupuesto.
Con el alquiler de oficinas Vecindario en un espacio compartido, tienes las ventajas económicas y sociales que buscabas y que te facilitan la adaptación a tu nuevo lugar de residencia.
Tan solo tienes que hacerte cargo de una cuota mensual, fácil de asumir y en un espacio que facilita la concentración, la comunicación y la responsabilidad.
De aquí en adelante, todo irá bien, el pasado quedó atrás, el presente no pinta nada mal y el futuro, ya lo iremos viviendo.