Contextuales
7 de Junio de 2019 | 11:03
Economía

Las ventajas de la economía doméstica colaborativa

Como individuos, solemos tener una idea clara de lo que necesitamos ahorrar para crear un fondo de ahorros que podemos destinar a cientos de objetivos; desde un banco privado que invertir en nuestra boda en un futuro, hasta ese viaje increíble que llevamos años deseando hacer.

Tal vez también necesidades más serias, como un colchón económico lo suficientemente nutrido en caso de que en algún momento dado cambiemos de trabajo, de residencia o incluso de ciudad.

Al fin y al cabo, no es en absoluto sencillo disponer de dinero mensual para pagar un alquiler que suele ser elevado, las facturas correspondientes y la comida, aunque solo sea para nosotros.

Pero la cosa se complica, aunque en cierto sentido también se hace más flexible, si compartimos piso con otras personas. Compartir piso supone tener la capacidad no solo de convivir, sino de debatir para llegar a acuerdos relativos a la economía colaborativa doméstica.

Por lo general, cuando en un piso conviven dos o más personas, hay una que se presenta como la responsable; es decir, la que aporta el piso. Es ella la que fija los precios del alquiler de las habitaciones, las normas de la limpieza y de las zonas comunes, y las posibles penalizaciones o avisos en caso de que cualquiera de los inquilinos incumpla el contrato o los acuerdos establecidos.

Lo bueno que tiene a nivel económico compartir piso es que, casi con toda seguridad, si algún día solicitamos créditos online no será porque necesitemos pagar algo importante de la casa, ya que los gastos se dividen entre todos y son más asequibles.

La fórmula es sencilla: cada habitante del hogar paga su propia habitación cada mes y las facturas del agua, la luz e internet se dividen a partes iguales.

Lo mismo ocurre si se rompe un electrodoméstico o una herramienta fundamental para todos, aunque en este caso el casero también puede elegir utilizar un comparador de créditos para reponerlo y asumir por lo tanto los gastos extraordinarios. De todos modos, no tiene por qué ser así. Invertir en la vivienda entre todos ofrece alternativas muy útiles.