Contextuales
8 de Noviembre de 2021 | 13:54
Accesibilidad

Las sillas salvaescaleras en edificios de viviendas

Cuando no experimentamos problema alguno de movilidad reducida, pensamos que desplazarse en silla de ruedas es terrible y angustiante. En realidad, no tiene por qué ser así; y si lo es, en la mayoría de casos no se debe a que una persona que usa a diario una silla de ruedas lo considere un medio incómodo o poco fluido, sino a que la accesibilidad de los edificios que visita no está bien adaptada a sus necesidades. Es lo que sucede si en cualquier edificio de viviendas no hay ascensor o sillas salvaescaleras, por ejemplo, o rampas de acceso en sitios públicos. Hay poca información sobre las sillas salvaescaleras y precios de salvaescaleras.

Centrándonos específicamente en los edificios de viviendas, es el ascensor el recurso de movilidad que se tiene en cuenta siempre de manera prioritaria; es decir, a la hora de diseñar la construcción o reforma de viviendas nuevas. A fin de cuentas, es muy práctico para subir y bajar pisos, y aunque la pandemia todavía no haya llegado oficialmente a su fin, varias personas pueden utilizarlo si toman las debidas precauciones, como el uso obligatorio de la mascarilla en entornos cerrados. No obstante, hay edificios que, por cómo están diseñados, sitúan el ascensor en la primera planta, y no en el bajo. Es entonces cuando entran en escena las salvaescaleras.

En este tipo de edificaciones, para acceder al ascensor antes hay que sortear el obstáculo de unas escaleras. Ya sean dos peldaños o quince, en todos los casos va a suponer un problema serio para cualquier persona que no pueda evitar usar una silla de ruedas. No queda más remedio que instalar una de estas útiles sillas. Por supuesto, es importante tomar la decisión de investigar precios de salvaescaleras e instalar definitivamente una antes de que cualquier persona que necesite usarla se encuentre con el problema en cuestión.

Porque, al final, lo más importante de la accesibilidad es lo siguiente: hay que resolverla antes de que aparezcan las personas que las van a usar. Tiene que ser potencial en todos los casos y, por supuesto, amigable para los inquilinos que están por llegar. Así, sabrán que es un edificio seguro.