Contextuales
26 de Febrero de 2019 | 09:14
Industria

La seguridad industrial en fábricas es obligatoria

En general, cualquier espacio de trabajo que no disponga de las condiciones necesarias para que los trabajadores no corran ningún riesgo, es un fracaso, así como una muestra de negligencia empresarial que no debería quedar impune. En el caso de las oficinas, la seguridad se traduce en ergonomía. Se trata de puestos de trabajo en los cuales los trabajadores suelen verse obligados a estar sentados varias horas. La falta de movilidad y de ejercicio físico puede derivar en problemas de espalda e, incluso, en otros más graves. Por eso, el primer paso es proveer a los profesionales que trabajan en esa empresa de mobiliario adecuado, como sillas ergonómicas y escritorios altos que favorezcan posturas cómodas.

Pero, las oficinas no son el único ejemplo, y puede que ni siquiera sea el más evidente. Las fábricas son espacios en los que se impone la seguridad de manera obligatoria. La seguridad industriales el criterio básico de cualquier industria que emplee trabajadores humanos en entornos de mucha maquinaria, como puede ser la propia industria textil, una imprenta y, en general, cualquier nave industrial susceptible de que se cometan accidentes que deriven en situaciones muy peligrosas para la plantilla de personas que trabajan en ella. La seguridad industrial, en definitiva, no es ninguna broma y es importante que se cumpla de manera estricta con la normativa para evitar que cualquier persona sufra un riesgo innecesario.

Cuando hablamos de seguridad industrial, nos referimos a muchos aspectos diferentes pero estrechamente relacionados. Nos referimos a la adecuación del espacio, al uso de unas instalaciones puestas a punto y sin paredes, techo o suelo deteriorados. Nos referimos también al empleo de maquinaria moderna y a las labores de mantenimiento diario y semanal para evitar que se estropeen de la peor manera posible. También, a las vallas de seguridad, a las herramientas portátiles, a los atuendos protectores o a las salidas de emergencia. En resumen, ninguna empresa que no contemple estos factores como merecedores de consideración extrema, debería cerrar sus puertas. La vida humana no debería ponerse nunca en riesgo y una fábrica segura es una necesidad y una obligación por ley.