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25 de Enero de 2022 | 15:41
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aumento del precio del gas

El efecto dominó del precio la luz

Se espera que en enero supere los 408 euros/MWh, algo que va a apenas disminuir durante el próximo año.

Anteriormente, se pensaba que la tendencia alcista del precio terminaría con el final de diciembre, pero ahora el panorama ha cambiado. La previsión apunta ahora a que se alargue hasta mediados de 2022, con unos precios que nunca se han visto en la historia española. El resultado será una ralentización de la recuperación económica.

¿A qué se debe esta tendencia?

Lo que empuja esta locura de precios sin precedentes en España o el resto del mundo es el precio del gas en Europa. Ahora, tienes precios históricos que han llegado a los 183 euros/MWh, debido a un panorama con tres aristas: el frío pronunciado del invierno, el conflicto con Rusia y la competencia con los países asiáticos en materia de energía.

Era un contexto que se venía cocinando desde hacía varios meses, pero tuvo una acentuación muy pronunciada a finales de octubre. Desde entonces, todas las incertidumbres han ido a peor: el frío en Europa ha sido muy intenso, la demanda de Rusia solo ha ido en aumento y el mismo país ha aumentado los almacenamientos de la materia prima.

A esto se le suma el retraso de Nord Stream 2 hasta el verano como pronto. Se trata del gasoducto del gigante gasístico ruso Gazprom. Los problemas son en materia de leyes, ya que no se ha concluido el proceso de certificación para funcionar sin incurrir en sanciones en Alemania. También ha habido indisponibilidad de instalaciones de gas en Noruega.

En definitiva, es una clara amenaza de que Europa tenga un aislamiento económico con Rusia. Además, la tensión en Polonia-Bielorrusia pone en riesgo la ruta de gas ruso que pasa por ahí. La incertidumbre política ha logrado intervenir directamente en el precio de la materia prima.

La crisis energética que estamos viviendo afecta a todos los países europeos. Los precios de la Península Ibérica son bajos en comparación con el precio del continente; un caso muy claro es el de Francia, cuyos precios para febrero del próximo año parecen cotizar en 1.000 euros/MWh.

¿Un precio fijo?

La mayor duda entre todo este panorama es: ¿quién va a sufrir con los precios energéticos descabellados? La respuesta es amplia, ya que hay muchos tipos de clientes con diferentes tipos de contratos.

Hay que considerar que alrededor del 80% de la generación nuclear, renovable e hidroeléctrica de las grandes eléctricas es vendida a la comercializadora, por lo que pueden vender la energía a un precio más bajo que el del mercado. Son estos generadores los que tienen que decidir si van a vender a 400 euros/MWh a su comercializadora, o a un precio menor.

En realidad, aquellos clientes que tengan contratos fijos no van a verse afectados por la situación de precios elevados, algo que ocurre con frecuencia en Europa. Muchos hogares en España tienen indexada su factura eléctrica al mercado mayorista, lo que implica una preocupación menos en un contexto en el que incluso es difícil conseguir créditos.

Sin embargo, el problema sí es muy grave para un tercio de la población española. Aproximadamente a un tercio de los domésticos les sigue pesando el incremento del precio de la luz, lo que implica una reducción importante en el poder adquisitivo.

En otras palabras, es menos probable que los afectados en España por el precio de la energía contribuyan en la reactivación del mercado. En el mejor de los casos, tienen a la mano productos financieros como créditos sin intereses, pero esto no es suficiente: la restauración económica necesita una seguridad financiera que incentive el consumo.