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6 de Mayo de 2019 | 13:38
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El copago sanitario y sus consecuencias

Nos encontramos en una etapa de transformación política. Las elecciones del 28 de abril de este año han traído el cambio de gobierno en una España cada vez menos bicolor y más dividida entre los diferentes partidos políticos que adquieren fuerza.

En esta ocasión, el triunfo ha sido del socialismo y, tal vez, y en función de la política de pactos que decida el nuevo gobierno de Sánchez, también de la izquierda española.

Desde numerosos puntos de vista, la caída de una derecha más interesada en salvaguardar las grandes fortunas y a las entidades financieras beneficia a la mayoría de personas de clase obrera y, por extensión, a los servicios públicos. Uno de esos servicios tiene que ver con las inversiones públicas en sanidad y con la tan esperada reducción o eliminación del copago.

El copago sanitario se define como aquella inversión económica que se aplica de manera complementaria a una serie de servicios de la salud tanto pública como privada.

La financiación en cuestión exige que el usuario abone un porcentaje del coste total del tratamiento o de la medicación que necesita. Con lo cual, es un tipo de financiación muy empleada, por ejemplo, en el ámbito de las aseguradoras privadas.

Sin duda, la idea de que los ciudadanos y las ciudadanas se vean obligados a pagar por un derecho humano básico entra en conflicto directo con la idea de una sanidad pública igualitaria y accesible para todos y todas. Muchas personas pueden solventar los gastos recurriendo a minicréditos rápidos online o a subvenciones varias, pero, aun así, resulta evidente que el copago es una lacra en el sistema de la Seguridad Social español.

La izquierda española lo sabe y ha prometido, a través de comparecencias y programas electorales, reducir sus consecuencias negativas en la medida de lo posible y de manera progresiva.

Está por verse, como es costumbre en los saltos de fe de la democracia representativa, si realmente se cumplirán esas promesas. Mientras tanto, es importante que las personas en riesgo económico sigan accediendo a préstamos online o ayudas para afrontar el copago. No desaparecerá tan fácilmente.