Contextuales
27 de Agosto de 2020 | 11:15
Agricultura

Cómo educar a los niños en jardinería ecológica

La jardinería y la plantación de hortalizas son actividades muy refrescantes e interesantes para cualquier persona adulta, pero para los niños y las niñas puede ser especialmente importante, sobre todo de cara a su formación, por supuesto siempre adecuada a su edad, y al desarrollo de una futura conciencia ecológica. Una conciencia que, en el caso de las generaciones más jóvenes, condenadas a una catástrofe medioambiental debido al calentamiento global y si no se hace nada por evitarla, no es simplemente recomendable, sino directamente obligatoria.

Por esa razón, educar a los más pequeños desde edades muy tempranas en el cuidado de plantas y hortalizas puede conducirlos no solo a autogestionarse sus propios alimentos en la medida de lo posible, sino también a comprender el valor de toda forma de vida, ya animal o la propia naturaleza en general. Podemos empezar poco a poco y con libros o tutoriales indicados para sus edades, y pueden empezar a aprender conceptos sencillos. Por ejemplo, ¿qué es el abono orgánico ecológico y en qué se diferencia de otros tipos de abono, como por ejemplo, aquellos que se elaboran en las industrias químicas? ¿Para qué sirven los distintos tipos de fertilizantes ecológicos?

Por supuesto, a los niños no hay que llenarles la cabeza de conceptos teóricos, porque son personas llenas de energía que no desean estar permanentemente quietos. Con ellos, la estrategia de aprender jugando, hoy en día llamada «gamificación», es esencial, y deberíamos darle la prioridad absoluta que merece. Los niños no aprenderán las clasificaciones y los usos del abono ecológicosentados en una silla y escuchando a una persona adulta soltando un discurso, lo aprenderán plantando sus propias flores y plantas de cuidados simples. Es entonces cuando la teoría tiene cabida, siempre como telón de fondo de la actividad dinámica principal.

En definitiva, si los progenitores queremos, y si le concedemos la importancia que tiene y que merece, los niños y las niñas pueden aprender a cuidar plantas, flores y verduras con el mismo cuidado y mimo con el que podrían cuidar también de animales domésticos. Así, aprenderán también a valorar la naturaleza.