Contextuales
23 de Mayo de 2022 | 13:03
Accesibilidad

Accesibilidad: ascensores, salvaescaleras y barras

¿Cuántos recursos de accesibilidad podemos encontrar en nuestra sociedad? ¿De qué tipo son? ¿Son suficientes? ¿Se confunden entre sí o más bien se complementan? Estas preguntas nos las podemos hacer todos por igual con independencia de si pertenecemos o no a un colectivo de personas con discapacidad. De hecho, debemos preguntarnos esas cosas si aspiramos a participar y crear, por extensión, una sociedad cada vez más justa e inclusiva. Así pues, es útil que, por ejemplo, sepamos que existen recursos de accesibilidad móviles, sensoriales y psíquicos; y que, por matizar, dentro del primer grupo encontramos ascensores, rampas de acceso, barras de apoyo y sillas salvaescaleras, siendo de interés conocer los precios de salvaescaleras. Ahora, hagamos un ejercicio de reflexión: ¿Cuántos de esos recursos hemos visto y con qué frecuencia?

Es bastante posible que el ganador indiscutible sea el ascensor, pero solo porque, a fin de cuentas, no es solo un recurso de accesibilidad, todos nosotros los utilizamos para subir y bajar plantas cuando no nos apetece utilizar las escaleras. Eso debería hacernos pensar algunas cosas respecto a la empatía social. Las salvaescaleras, por su parte, las habremos visto fundamentalmente en el ámbito doméstico, por ejemplo instaladas en las escaleras que conectan el bajo de un edificio de viviendas con el primer piso, puesto que normalmente, si hay ascensores en dichos espacios privados, suelen situarse a ese primer nivel, y no al más bajo de todos. Estas sillas también son muy cotizadas entre personas en silla de ruedas que viven en edificios de dos plantas o tienen terraza o ático.

Las barras, por su parte, las vemos fundamentalmente en lugares de uso común como baños públicos. No nos resulta extraño a estas alturas encontrarnos con un baño de uso genérico y otro para personas discapacitadas, eso como mínimo. En fin, todos estos recursos, como ya hemos visto, no se sustituyen ni se confunden entre sí, sino que todos tienen una razón de ser. Por tanto, en cualquier política de accesibilidad de un inmueble, es útil sacar un presupuesto que incluya precios de salvaescaleras, de ascensores, de barras y de rampas, estas últimas normalmente instaladas en exteriores. Así, realmente sabremos cómo funciona la accesibilidad en nuestras ciudades y pueblos.